viernes, 2 de diciembre de 2011

Homenaje a la Constitución en Leganés. Enhorabuena a los premiados

Emocionante y vistoso fue el acto conmemorativo de 33º aniversario de la Constitución Española que celebramos ayer en Leganés en el centro cívico José Saramago, con un excepcional broche final brindado por la coral polifónica y la banda sinfónica de la Escuela Municipal de Música. Es ya un tópico decir que entre las personas e instituciones homenajeadas se encontraban "todos los que están, pero no todos los que son", pero no cabe duda del merecidísimo reconocimiento que la ciudad y su Ayuntamiento otorgó ayer a Juan Calles Orgaz, al Colegio Público Juan de Austria, a José Fernández Hernández (a título póstumo) y a José Luis López Manso. Es precisamente este último quien ilustra la foto del post y una de mis debilidades como persona y como profesional. ¡Enhorabuena a todos! Transcribo el discurso que pronuncié ayer.


Hoy celebramos los 33 años de la constitución española, una cifra que tantas connotaciones históricas tiene. También hoy se retoma una antigua costumbre de la corporación municipal, costumbre que aplaudo, y que es la de que todos los grupos representados en el ayuntamiento intervengamos brevemente. No hay mejor manera de escenificar y aunar el sentimiento de unidad y de pluralidad que comprobar cómo todos los portavoces del arco político de Leganés glosan con distinta música, pero con la misma letra, lo que representa la norma que asienta los cimientos de todas las instituciones de las que se ha dotado la Nación Española.

Porque la Constitución puede tener defectos, necesidades de adaptación a unos tiempos por esencia cambiantes, incluso achaques aunque sólo tenga poco más de 30 años. Ahora bien, que ninguna de sus carencias nos haga olvidar la principal y magnífica virtud que atesora. Porque lo que hace de la Constitución española de 1978 excepcional y con unas cualidades intrínsecas inestimables es que es la primera y única norma fundamental de nuestra Historia que no se elaboró en contra de nadie, como un instrumento que enfrentara a unos con otros o una norma que naciera ya sectaria. Al contrario, la Constitución de 1978 es un ejemplo y referente en el mundo por el esfuerzo de consenso, de integración, de buscar que todos o la inmensa mayoría pudieran sentirse cómodos en ella y poder llevar adelante sus diferentes proyectos políticos.

Por eso, más allá de las razonables críticas que se han hecho y se deben hacer de nuestra Carta Magna, nunca olvidemos ese espíritu de concordia y de visión no partidista y seamos conscientes del daño político e histórico que podamos cometer si olvidamos esta cualidad, tanto en las reformas que se han practicado como en las que se deban hacer.

Y hoy, como homenaje a las personas e instituciones de Leganés que serán muy merecidamente condecoradas con diferentes distintivos de la localidad, no me he querido detener en un artículo concreto de la constitución. Porque si a una persona o institución no se la ha de juzgar, ni en el día de hoy reconocer por un hecho específico, sino por una trayectoria; para valorar y juzgar una Norma Fundamental, más importante es el espíritu que la impregna que un precepto específico. Por eso, aprovecho esta ocasión para leer una de las partes más olvidadas y menos tenidas en cuenta, pero que para mí es la más importante: El propio preámbulo de la Constitución:
La Nación Española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:
• Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las Leyes conforme a un orden económico y social justo.
• Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la Ley como expresión de la voluntad popular.
• Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.
• Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.
• Establecer una sociedad democrática avanzada, y
• Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.
Y como creo que no hay mejor colofón, que un preámbulo de este calibre, termino ya dando mi más sincera enhorabuena a todos los hoy premiados, alguno a título póstumo, y exclamando sin complejos: ¡Viva nuestra Constitución, Viva Leganés y Viva España!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen discurso y de paso recordatorio a todos aquellos que durante años han vapuleado y ninguneado una Constitución que es de todos.
Los políticos sois, los que deben aplicar sus preceptos y por desgracia no ha sido siempre así.
En lo que respecta a Leganés, la clase política ha dejado mucho que desear estos últimos años, por partidismo, por egoísmo personal, estos aspectos dudo que vayan a cambiar pero a nivel local siempre se puede mejorar ya que el arco político es más amplio y no solo son dos los que deciden, quitan y ponen, en esto Uleg tiene una gran oportunidad de trabajar para los ciudadanos.

Ruf. dijo...

¿Este acto de de libre acceso?, si no es así, malo.

El discurso, bien, los hechos, esperar y ver.

De momento siguen los 800 de marras.

La clase política de Leganés, en su día monopolizada por un lado por la "cultura de los compañeros del metal", y de otro por los fósiles de la derechona de la plaza, que tanto encandilaba a mi adorada Paquita Mariñas, se la caía la baba.

Hoy de un lado el Jurásico, dos viejos dinosaurios, con su ciclo vital caducado, que no quieren irse a casa, Rafa y Raúl, las dos “RR” que lastran a la izquierda política local.

En el otro un neo sapiens, quizás un tanto doctrinario, aunque diga verdades como puños, y que debiera leer un poco más a los clásicos.

Cicerón, Marco Tulio: "La temeridad acompaña a la juventud, como acompaña la prudencia a la vejez."

Nicolás Maquiavelo: El príncipe tiene que elegir de entre todos los animales a la astucia del zorro y la fuerza del león.

Y el Sr. Delgado, ay, este sabe latín al revés, esperemos que sea para bien.

Ruf.

Anónimo dijo...

Algún día la Constitución también tendrá que dar paso a otra nueva o en el mejor de los casos, a su propia reforma. Por citar algo que esta en los diferentes medios de comunicación, con el famoso caso Urdangarín, es el de la Monarquía. Dicen que Jesús, siendo hijo de Dios, fue juzgado y condenado. Sin embargo, el Rey, no responde ante nadie. Me parece un blindaje extremo.